Silla BKF, Butterfly o Hardoy, icono del diseño

Orígenes de la silla BKF

Los orígenes de la silla BKF se encuentran en la Tripolina patentada en 1877 por el ingeniero británico Joseph Beverly Fenby. Utilizada por el ejército inglés en el Norte de África, puesto que su estructura de madera permitía que se plegase y fuese muy práctica. Sin embargo, la silla BKF acusaba un mayor diseño y elegancia con tan solo dos gestos. El primero consiste en una estructura formada por dos barras de acero tubular dobladas por una máquina hidráulica y soldadas entre sí, con pulido a mano. Se le aplicaba una pintura epoxi de cocción a alta temperatura y un tratamiento superficial de protección. Y sobre esta estructura se colocaba una funda de cuero continua que conformaba el asiento y el respaldo.

La silla BKF fue presentada en una exposición en Buenos Aires, donde su impresionante diseño llamó la atención del tan conocido Edgar Kaufman, entonces comisario de diseño industrial del Moma. Quien rápidamente hizo llegar una silla para la casa de fin de semana de sus padres, la cual estaba diseñada por Frank LLoyd Wright´s y era conocida como “La casa de la cascada” un icono de la arquitectura.

Silla bfk

Silla BFK

Carácter alrededor de la silla BKF

El profesor de diseño Bruce Hannah, del Pratt Institute, la calificó como “una silla increíblemente inadecuada (…). Las mujeres tiene que tener puestos los pantalones para sentarse en ella”. Decía que los jóvenes la comprarían en masa y que presagió lo que sería el “mueble” medio siglo después. Fue muy apreciada por los jóvenes por su nuevo diseño y por la “aparición en un momento cuando no había demanda de muebles baratos y no se identificaban con una nueva estética (…). Explosión de color y diversión al entrar a mediados del siglo moderno” en palabras de Kinchin. Hoy el Museo Moma posee una silla BKF en su colección permanente.

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